EDUCACIÓN CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA

marzo 18, 2017 | Publicado por: Rafael Morillo



“Un niño, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo. La educación es la única solución” la premio nobel Malala Yousafzai ante la Asamblea General de la ONU.

El pasado 8 de marzo fue el Día Internacional de la Mujer y en todo el mundo hubo manifestaciones y actos multitudinarios abogando por una mayor igualdad y el cese de la violencia machista. Según todos los estudios estadísticos, uno de los mayores problemas en la actualidad en relación con la violencia machista es el incremento de actitudes machistas entre los más jóvenes.
Según la última macroencuesta española de 2015 sobre la violencia contra la mujer, el sector más afectado por la violencia machista son las mujeres jóvenes. Una de cada cuatro jóvenes afirman haber sufrido en el último año violencia psicológica de control, la media en el resto de edades es del 9’6 %. Las actitudes que más se repiten en este tipo de violencia psicológica es la de impedir ver a los amigos, control exhaustivo de donde se encuentra la mujer, etc.

Según el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud el 80 % de los españoles conocen actos de violencia machista. Este problema afecta a jóvenes de distintas clases sociales, circunstancias o contextos.

Uno de los factores determinantes para explicar la violencia machista es la educación. El estudio “Creencias y mitos románticos en España” de Ana Barrón, David Martínez-Iñigo, Pilar de Paúl y Carlos Yela ya apuntaba en 1999 la diferente educación entre chicos y chicas. Mientras a ellos se les enseña a ser independientes, a las mujeres se les inculca la necesidad de encontrar una pareja y tolerar los problemas que puedan surgir en dicha pareja. También el documental The mask you live in, de la directora Jennifer Siebel, nos muestra la educación diferente que reciben los chicos y los roles que se ven obligado a adoptar. En el documental nos habla de los distintos estereotipos masculinos y femeninos que están establecidos en la sociedad y cómo a los niños y adolescentes se les inculcan la necesidad de atenerse a esos roles. Los niños y niñas se ven bombardeados desde el cine, videojuegos y desde otros ámbitos a adoptar determinadas actitudes que van desde que los niños deben ser duros y no mostrar sus sentimientos hasta señalar como exitoso al joven que tiene muchas relaciones sexuales. Los estereotipos masculinos son todo lo contrario a los que se les transmite a las mujeres desde niña. A las mujeres se les trasmite desde pequeña la idea de tener que supeditar su futuro laboral a la familia o criticar a las mujeres que no tienen una pareja estable. Estos roles y estereotipos, que se ven obligados los hombres y mujeres a adoptar en una edad muy temprana, influyen de manera directa en los comportamientos en la edad adulta y en el incremento de la violencia machista.
Además, los menores que han presenciado o han estado expuestos a la violencia machista tienen más posibilidades de imitar dichas conductas en la edad adulta. También afecta a los más jóvenes de manera clara la idea del amor romántico que representa a la persona fiel. Esta idea se puede terminar convirtiéndose en situaciones de celos, control exhaustivo de la pareja y otros tipos de violencia machista psicológica de control.

Según todos los expertos en educación y psicología, la mejor solución para todos estos tipos de problemas es fomentar la igualdad en la educación, así como denunciar o criticar los estereotipos machistas. Concienciar sobre la importancia de la igualdad y la lucha contra la violencia machista desde épocas muy tempranas ayudará a reducir esta lacra que es la violencia machista.

Una educación en la igualdad desde la más corta infancia se hace totalmente necesaria para evitar actitudes machistas y discriminatorias en la adolescencia o en la edad adulta. El único camino para acabar con los estereotipos y, por tanto, acabar con el machismo es facilitar a los jóvenes la mayor información posible y desterrar estos roles machistas que existen alrededor de los niños y niñas.  Es fundamental familiarizar a los más jóvenes en la igualdad para crear hábitos en la sociedad que destierren las actitudes machistas.

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