Lo suyo es puro teatro
marzo 07, 2018 | Publicado por: Unknown
La fuerza del teatro es
indiscutible. Cuando el telón se abre todo puede pasar, todo puede
cambiar. El incrédulo cree, el pesimista sueña, el amargado ríe.
La luna sale por el día y el invierno es de 40 grados. Los pájaros
ladran y llueve hacia arriba. Y, como decía aquel televisivo
ilusionista, todo es producto de la imaginación humana. Ésta, en la
mente de un niño, adquiere la forma de un universo infinito que
reluce en un rinconcito de la macarena calle Relator como si de una
luna se tratase. En este caso, dos...
"En junio mostramos el resultado
final. Será en distintos centros cívicos, que hacen una labor de
apoyo maravillosa, y algún espacio que nos permita que el
espectáculo sea gratuito", desvela Pablo Leira, profesor de
teatro infantil en 'Dos Lunas', una escuela que lleva casi 15 años formando a actores y a actrices desde muy temprana edad y en la que
él comenzó siendo alumno para acabar compaginándolo con la
docencia a los más pequeños. "Nuestro curso empieza en
octubre. Los peques y las peques vienen una tarde a la semana y
durante dos horas utilizamos el teatro como un juego de expresión,
imaginación, creatividad y trabajo en equipo. En los primeros meses
se trata de formar y cohesionar al grupo, despertar la creatividad,
empezar a iniciarse en la expresión... Y desde navidad empezamos a
pensar en el montaje final, obras de teatros sencillas para que los
niños y las niñas se sientan cómodos y cómodas", y de las
que desvela que este año serán "historias con moralejas y
cambios de roles".
Ese resultado sale de un proceso que
en 'Dos Lunas' entienden como "el juego más completo", y
que Pablo explica a partir de "las tres grandes herramientas que
posee todo actor o actriz, tenga cinco o 70 años: el cuerpo, la voz
y las emociones". "Además, intervienen la imaginación y
la creatividad. Es la persona consigo misma, pero alrededor hay otras
que están haciendo lo mismo y todas se están conectando y
relacionando, así que te necesitas y te compartes en ese juego. El
teatro es una labor de equipo", lo que considera "muy
importante" por tratarse de la actual "una sociedad que
tiende a lo individual y a cerrar vínculos".
En el caso de "los peques y las
peques", como al maestro le gusta llamar siempre de forma
inclusiva, el miedo a perder la vergüenza y a encarar a un público
es uno de los habituales caballos de batalla, algo que se vence "con
delicadeza, tranquilidad y suavidad". "Dejándoles tiempo,
haciendo que nada sea obligatorio. Invitando y animando, nunca
obligando, ya que hacer un movimiento con la mano o sacar su voz
pueden ser para ellos un paso adelante brutal". Sin olvidar
cierto punto de "histrionismo", junto a "la risa
siempre y el llanto si es de mentira".
Así, bien entendida, no cabe duda
de que la interpretación puede convertirse en una magnífica vía de
escape para que los niños olviden sobre el escenario aquellos
problemas cotidianos. "El teatro es un forma de evasión,
totalmente. Es una puerta mágica que se atraviesa, que te da la
vuelta y te permite ser lo contrario de lo que se es normalmente. Te
vas a habitar a otro mundo", asevera el profesor, quien ha
tenido alumnos víctimas de bullying escolar a los que las tablas les
han dado "un espacio seguro y de mucho respeto donde son
protagonistas". Eso sí, siempre sin imposiciones: "Yo
animo a las familias a que el niño o la niña vengan si ellos han
pedido venir a la actividad, y en la mayoría de los casos es así".
"Y si no les gusta, no pasa nada, que sigan buscando lo que les
guste", matiza.
Con 34 niños y niñas a su cargo de
entre 5 y 13 años repartidos en tres grupos de trabajo, algunos
incluso interesados en el vestuario o la parte técnica de las
funciones, Pablo Leira entiende que ser maestro de teatro infantil
tiene "su componente" de psicología "porque tiene
mucho de educación", pero sin llegar a considerarse psicólogo
en ningún caso, si bien puntaliza que "el teatro debe conectar
con lo que tenemos dentro mental y emocionalmente". "Antes
de iniciar una clase tengo que saber cómo estoy yo, y tengo que
intentar estar en mi mejor versión porque trabajar con personas es
material sensible, pero si son peques, doblemente sensible. Siempre
es un reto", admite quien también reconoce aprender "mogollón"
de sus jóvenes aprendices: "Todas las semanas invento
ejercicios que ellos se apropian y los cambian, y yo debo tener las
antenas puestas y saber qué se puede mejorar"
Preguntado por diferencias entre
niños y niñas a la hora de comprender conceptos o de ejecutar
ideas, Pablo se muestra tajante. "No las hay. Y si las hay, será
por roles arquetípicos que se tienen asumidos socialmente, pero
cuando se entra en una sala de teatro lo ideal es que esos roles se
caigan y que todos partamos de cero. Sobre todo en estas edades,
donde ellos y ellas no están tan determinados y todavía tienen un
grado de libertad", señala el docente, añadiendo: "El
teatro es un espacio de libertad para que los géneros se diluyan. Yo
no diferencio si son niños o niñas; son personas que hacen teatro".
Bajo la dirección de David
Fernández Troncoso y con las labores magistrales de Juan José
Morales 'Tate', José Manuel Navarro, Fani Albanés y Marisol Lérida,
la Escuela de Formación 'Dos Lunas' ofrece sobre las tablas una
alternativa apasionante para los más pequeños, estando Pablo Leira
al frente de sus talleres infantiles. Con él y sus "peques",
el futuro de la tragicomedia está asegurado. Larga vida al teatro.
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